Hace tres años que Álvaro y yo montamos Trackmtb una empresa de viajes en mountain bike y carretera. Anteriormente me había dedicado a recorrer y conocer cada rincón de la Sierra de Guadarrama con un vieja Merida rígida, y después con una Giant Trance 26er. Desde hace dos años soy probador de la revista Bikes World y suelo recorrer unos 7.000 km al año, de los cuales más de la mitad son en la montaña guiando a grupos de gente que viene a conocer nuestra sierra. Por ese motivo la bici de montaña es mi principal herramienta de trabajo.

A principios de Febrero Nukeproof.es, me cedió para toda la temporada su bici tope de gama de enduro Mega AM 275  Pro, con suspensiones de 160mm de recorrido. Los dos meses previos a la llegada del juguete, estuve usando su hermana menor, la Mega TR con 150mm de recorrido delante y 135 detrás, una bici que se sitúa más entre el Allmountain y el Enduro. Ésta era muy polivalente, ágil y divertida, manejable y bastante liviana para sus características. Te permitía subir rápido y bajar realmente muy rápido. Adoraba esa máquina, por esta razón supuse que no habría demasiada diferencia de comportamiento y cualidades dinámicas entre ambos modelos. Sí, la Mega Pro pesaba un kilo más, pero para alguien en buen estado de forma como yo, y  acostumbrado a probar todo tipo de bicis, no sería un handicap y, a cambio bajaría todavía más rápido y seguro. Mis expectativas eran altas, sentía que sería imbatible con la Mega Pro.

Fernando Boada, el responsable de la marca me llamó para que fuera a recoger la  máquina. Fui a Becerril de la Sierra, en plena Sierra de Guadarrama, donde se encuentra  su test center. Había medio metro de nieve y me costó llegar. Me impresionó el aspecto de la bici. Cuadro verde ácido muy llamativo, monoplato de 30 dientes (pedí a Fernando que me cambiara el original de 32 por éste) SRAM X01, Pike RCT3 160mm, Monarch RC3, tija telescópica reverb, Cubiertas de 2,40. ¡Un pepino!.

Recuerdo que subí la bici a casa para estudiarme sus características, teníamos planeado un viaje a la Costa Blanca, en concreto a la Sierra de Aitana, para grabar un vídeo y hacer un reportaje para uno de nuestro destinos de viajes mtb en los días siguientes. Estaba impaciente por estrenarla y probarla a fondo. A la mañana siguiente amanecí con 39º de fiebre.

Con una espectacular gripe que me duró una semana, un par de veces al día miraba la bici y me ponía peor si cabe. Dos meses esperando y ahora no podía salir a estrenarla….Gran jodienda.

El primer día que no tuve fiebre fui a probarla, sólo 6 kilómetros por La Herrería, (San Lorenzo de el Escorial), con algo de nieve. Me sentí raro, diferente que con la Mega Tr, no eran las sensaciones que esperaba. En fin, sería que yo no me encontraba del todo bien.

14 de Febrero, nos levantamos temprano para atacar la Sierra de Aitana, Yo me levanté con una fuerte contractura en el cuello.

Por fin, casi 15 días después de disponer de la bici llegaba el estreno en condiciones. Los primeros kilómetros fueron quizá las más extrañas y peores sensaciones que haya tenido jamás sobre una bici. No podía subirla, me parecía que pesaba una tonelada. Acostumbrado a ir delante del grupo, me quedé el último, estaba muy decepcionado y con malos pensamientos.

Finalmente llega el primer descenso en la Sierra de Aitana con la Mega. El terreno de Piedra caliza suelta no ayuda a tener buen feeling, hay que conocerlo, las impresiones son raras, distintas de la Mega Tr y diferentes de lo que esperaba de esta bici. Tengo la sensación de que me lleva ella y no al revés. Segundo repecho fuerte y de nuevo la sensación de que no puedo subirla, se encabrita en cuanto la pendiente es pronunciada, me quedo el último, no tiene nada que ver con la Mega Tr. El fuerte dolor en el cuello no me anima tampoco a tirar. En el segundo descenso voy algo más acoplado y confiado, aunque me caigo en un circuito de DH por el que bajamos.

El Segundo día me levanto mejor físicamente, hacemos una ruta más rodadora, divertida y ratonera por senderos con bastante flow. Le voy encontrando el punto, hoy me encuentro mucho más en sintonía con ella y termino el día bastante contento.

Los siguientes dos meses los paso rodando con la Mega, habitualmente por Hoyo de Manzanares, Abantos, Patones y Moralzarzal, mientras realizamos contenido audiovisual para Nukeproof.es y Trackmtb. Poco a poco voy comprendiendo la bici. Durante este tiempo todo funciona correctamente, comienzan a llegar los primeros clientes de la temporada y la utilizo casi a diario sin ningún tipo de avería o percance. Estoy recuperado físicamente pero sigo con la maldita contractura en el cuello durante estos dos meses, que me impide explotar todo el potencial de la Mega. A pesar de la fisioterapia no consigo atajar el problema, tampoco dejo de montar. Bajo  cada vez mejor y  más confiado, aunque sigo teniendo la sensación de que no termino de gobernarla del todo. La cubierta trasera Schwalbe Hans Dampf es el neumático que menos me gusta del mercado, y no me ayuda a soltarme con total confianza. Las subidas, sobre todo las técnicas y empinadas, que con la Mega Tr y otras bicis de geometría más relajada, eran una de mis especialidades, con esta Mega no puedo subirlas igual, me tengo que bajar y echar pie a tierra en más de una ocasión.

Incluso, subidas por sendero en Abantos que hacía normalmente, tengo que desecharlas y subir por pista. Tengo una extraña sensación, nunca me costó adaptarme tanto y doblegar una bici. Confieso que en alguna ocasión estuve a punto de pedirle a Fernando que me cambiara a la Mega Tr.

Por otro lado la Mega me gusta, es muy exigente y específica, y ayudado de la excelente cubierta delantera Schwalbe Magic Mary, te perdona muchas meteduras de pata. Y traga, eso es indudable, traga mucho, y vas mucho más rápido de lo que parece, aunque no mucho más rápido que con la Mega Tr y, a cambio en las subidas penaliza bastante más. Un verdadero dilema.

El monoplato es otra de las cosas que me gusta, una vez te adaptas a ello, no quieres volver a dos o tres platos. Sólo te acuerdas del doble plato cuando las pendientes son de un veintimuchos por ciento, entonces sí. El 30-42 creo que es un desarrollo muy equilibrado, puedes rodar muy rápido en llano y subir casi cualquier cuesta si tienes buenas piernas y técnica.

Un buen día la tija Rock Shox reverb stealth II con guiado interno deja de funcionar, se ha quedado abajo y no sube, Voy a Nukeproof y la purgan. Funciona durante un tiempo y deja de funcionar. La cambian en garantía por otra nueva, y dura una ruta, de nuevo se queda retraída en su posición más baja y no sube. Aquí comienza un pequeño calvario y único problema que he tenido. Un defecto de fabricación de Rock Shox hace que Nukeproof.es ponga hasta 5 tijas Stealth II modelo 2014, que al parecer pertenecen a una remesa defectuosa de la marca americana, que tiene un pequeño caos a nivel mundial con este problema y con todas las marcas a las que suministra. Mientras, vamos funcionando con una Oklo que la misma Nukeproof incorpora en algunos de sus modelos. La Mega cuenta unos 1000 kilómetros y le cambiamos las pastillas de freno, el cable y funda del cambio y, cubierta trasera. Ponemos una Maxxis High Roller II 2,30.

Lo único que hay que hacer de vez en cuando es apretar el tornillo thorx que sujeta el cambio a la patilla. Cuando haces varias  rutas con subidas muy duras y largas se afloja un poco. Puedo verificar que también ocurre en otras  marcas  equipadas con la misma transmisión monoplato 10-42 de SRAM.

Finalmente sobre el mes de Mayo me adapto totalmente a la Mega y comienzo a subir mucho mejor, incluso me atrevo con zonas muy técnicas y empinadas, como las veredas y sendas de Cercedilla. Con el ángulo de dirección de 66º y horquilla de 160mm no es fácil, pero ahora puedo acometer este tipo de subidas técnicas que tanto me gustan. A partir de este momento me siento en total sintonía con ella. Poco a poco noto que la voy dominando y la llevo por donde quiero, aunque su peso algo elevado, (14,4kg) en los saltos la hacen para mi algo incontrolable en las recepciones. La Mega es bastante radical y pensada para el nuevo enduro, que casi es un mini-dh, y se encuentra en su salsa en descensos muy rápidos y técnicos con trazados más rectos que ratoneros. Cuando se trata de negociar zetas muy cerradas o circuitos muy lentos y revirados su larga distancia entre ejes y geometría la hacen un poco torpe y lenta de reacciones. En descensos como el Camino Viejo de Segovia o el Carril del Gallo en la Sierra de Guadarrama, es imbatible.

Los viajes se suceden y no paramos de rodar, acumulando unos 1600km. Cambiamos la cadena de transmisión y pastillas de freno. Las suspensiones siguen funcionando bastante bien y con suficiente suavidad, pronto haremos un cambio de retenes y aceites, aunque deberíamos haberlo hecho antes.

Realizamos un reportaje sobre la Mega que sale publicado en el nº 24 de la revista Bikes World, así como varios viajes que aparecen publicados en otros números del mismo medio.

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Llega el verano con sus largos días que, nos invitan a realizar una de mis actividades favoritas, las rutas cicloalpinas, esas burradas que sólo puedes hacer en ésta época del año, cuando no hay nieve en las cumbres  y las temperaturas son muy agradables. Además puedes aprovechar la luz que hay hasta prácticamente las 10 de la noche. Así comenzamos a realizar algunas en la Sierra de Guadarrama, donde siempre hay que portear la bici durante un tiempo que, en alguna ocasión llega a ser de una hora. Por ejemplo el día que subimos a La Pinareja (2.197m). y bajamos toda la cresta rocosa de La Mujer Muerta. En este tipo de rutas la bici sufre muchísimo, ya que subes todo lo que puedes montado, a veces pendientes fortísimas donde la transmisión y otros elementos sufren considerablemente. Y a su vez las bajadas suelen ser al principio muy abruptas, como mares de rocas, y muy duras para las suspensiones. Así, cada semana aprovechamos para hacer una o dos rutas de este tipo, esas que sólo haces una vez al año.

Estamos sobre los 2.200 km y de nuevo la cubierta trasera está bastante gastada, así que aprovechamos para cambiar ambas. La Schwalbe Magic Mary ha cumplido con creces, pero los tacos laterales, muy prominentes y que aportan mucho agarre en curva, están prácticamente desaparecidos, destrozados. Colocamos delante una Maxxis Minion DHFII 2,30 y otra High Roller II 2,30 detrás. Decidimos tubelizar ambas para quitar un poco de peso al conjunto, las llantas Nukeproof Generator AM son muy duras pero algo pesadas, equilibramos ambas llantas, que tras tanta piedra y bajadas endureras a fuego, están algo desequilibradas.

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Personalmente me defino como cuidadoso con las cosas, pero a la vez le exijo al material el máximo y lo castigo mucho. En concreto las llantas siempre las machaco bastante y las lleno de golpes y arañazos de piedras que saltan. Suelo bajar bastante rápido, por lo que en esas condiciones la bici también sufre mucho. Peso unos 82 kg, con mochila y ropa serán casi 90 Kg, en estas condiciones también el material soporta un desgaste mayor que con una persona liviana. El cuadro también tiene bastantes desconchones de pintura en su parte baja por la misma razón. La bici soporta casi a diario rutas tipo enduro muy técnicas, donde la piedra suelta abunda.

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Mientras, sigo con mi trabajo de probador para Bikes World y por mis manos pasan varias mountain bikes de distintas marcas. Con cada una de ellas procuro hacer varias rutas de este tipo para poder probar el comportamiento, la resistencia de los materiales y otros parámetros.

Cuando finalizo las pruebas vuelvo a mi Mega y, concluyo que he probado otras más  ágiles y ligeras, hasta más divertidas y juguetonas, pero con el uso que yo necesito por mi trabajo, esas no me durarían más de tres meses. La robustez general de la Mega es impresionante, el cuadro comparado con otras más ligeras tiene una rigidez que bajando a altas velocidades por zonas técnicas te aporta una sensación de seguridad y firmeza únicas, y no flexa. Evidentemente no puedes subir tan rápido porque es más pesada que algunas de sus competidoras, pero ese aplomo y rigidez cuando das un salto es increíble.

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La mega sigue rodando casi sin quejarse y sin ningún ruido, ni en el pedalier ni en el basculante, sin embargo sobre los 2500km detecto una pequeña holgura en los rodamientos y casquillos del amortiguador. Esto es algo que me ha sucedido en varias bicis que he tenido, en algunas he llegado a cambiar varios juegos de rodamientos y casquillos. También puede ser un desgaste normal por los kilómetros y el uso en condiciones extremas que recibe cada día. Por otra parte mi forma de pilotar es muy agresiva con el tren trasero y el basculante, imagino que mi peso influye también, pero bajar dando saltos y golpes en raíces y piedras no ayuda, seguro. De hecho es muy normal que reviente las cubiertas traseras bajando por zonas técnicas si éstas no son tubeless, porque suelo aterrizar mucho con la rueda trasera, y cuando impacto con una alguna roca cortante la cubierta no aguanta. Para que esto no ocurra suelo llevar más presión de la que me gustaría cuando bajo, pero mi peso no me permite bajar con menos de 1,8-2,0 bares de presión y con seguridad para que la cubierta trasera no reviente. En la delantera suelo llevar 2,0 bares y para bajar suelo bajarlo a 1,5 -1,8, que con la rueda tubelizada aguanta perfectamente y a cambio tengo el comportamiento que me gusta. Soy muy sensible a las presiones de las ruedas y simplemente tocando la cubierta puedo adivinar la presión que lleva un neumático casi a la décima. Y bajando noto las diferencias entre dos décimas, por ejemplo me doy cuenta cuando la rueda lleva 2,0 bares de presión o 1,8.

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En cuanto a las presiones de las suspensiones suelo llevar en la horquilla 65 bares y en el amortiguador de la Mega 200 bares, en otras con diferentes geometrías y sistemas de suspensión, puedo variar entre los 150 y 250 bares. El rebote no suelo cambiarlo demasiado y en la horquilla habitualmente lo llevo rápido y en el amortiguador algo más neutro.

Por suerte la tija no ha vuelto a fallar desde que instalamos hace unos meses “la buena”, remesa 2015 sin defectos de fabricación. Es un elemento que uso muchísimo y no es de extrañar que también sufra bastante.

En cuanto a los frenos Sram Guide RS fue la única cosa con la que nunca estuve contento de la Mega. A día de hoy no han fallado nunca y frenan bien pero para mi carecen totalmente de tacto, soy incapaz de sentir ese tacto donde sabes y puedes dosificar la frenada a tu gusto, apurar o bloquear y derrapar en una horquilla o zeta para colocar la bici. Nunca sé cuándo, cuánto, ni dónde va a frenar como a mi me gusta que lo haga, cosa que sí consigo con los equipos de freno de Shimano, por ejemplo. Los Sram Guide RS frenan, sencillamente porque cada pinza lleva 4 bombines, y cuando quieres clavarla, la frenada es bastante potente, pero realmente no me gustan estos frenos. He probado sin embargo los Guide RSC con la ruedecilla para aproximar el punto de contacto de las pastillas y son bastante mejores. Evidentemente lo han hecho por algo. Esos sí tienen un mejor tacto y se asemejan a los Shimano aunque tampoco son iguales, pero al menos para mi son más controlables. Es una lástima porque creo que con unos frenos con un mejor tacto podría bajar mucho más rápido al poder apurar las frenadas, pero así tengo que anticiparme y frenar antes para sentir cuando está frenando la bici. En ocasiones y dependiendo del descenso esto me hace pilotar mal.

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Llega el Otoño y comienza la temporada fuerte de TrackMTB, cuando más gente viene a montar a la Sierra de Guadarrama y, la Mega no para de hacer kilómetros. Durante los meses de Septiembre y Octubre no hay casi un día de descanso. Vamos a las EWS de Aínsa, aunque vamos a trabajar para hacer varios reportajes, también nos llevamos las bicis para hacer algunas rutas en los ratos libres por aquella increíble zona.

Ahora recuerdo lo mal que empezamos nuestra relación y sin embargo ahora siento la Mega como un guante, tanto subiendo como bajando, con la postura, la talla. Me encuentro realmente cómodo y acoplado, hemos hecho muchísimos kilómetros y conozco perfectamente sus reacciones y comportamiento.

Con la transmisión Sram X01 monoplano estoy muy contento, su funcionamiento ha sido ejemplar en todo momento, el cambio al revés que los Shimano es muy sólido y robusto, y aunque he rozado en alguna ocasión la pata del cambio con alguna roca, está como nuevo. Recuerdo que en 2014 rompí cuatro cambios Shimano XT fundamentalmente con golpes y roces. El precio de Sram es muy superior pero creo que vale la pena apostar por esta transmisión.

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La temporada está terminando y es momento de hacer una revisión a las suspensiones, con 3.000km cumplidos realizamos un segundo cambio de aceites y retenes en horquilla y amortiguador, así como de los casquillos de éste. Es algo que vale la pena hacer con más frecuencia de lo que normalmente se hace, así prolongamos la vida de las suspensiones y el comportamiento general mejora considerablemente.

Nos encontramos a mediados de Noviembre y la Mega cuenta con casi 3.300km realizados en terreno hostil casi en su totalidad. Hemos procedido a cambiar el núcleo de la rueda trasera porque estaba sonando y dando fallos algún trinquete. Éste es un componente que suele darme problemas en todas las bicis que he tenido cuando ya tienen unos cuantos kilómetros, lo castigo mucho por dos motivos. El primero es que suelo limpiarla con pistola a presión, esto hace que entre agua en el núcleo y se oxiden trinquetes, muelles y la grasa vaya desapareciendo poco a poco. Es importante de vez en cuando desmontarlo, limpiarlo y engrasarlo, es sencillo y rápido de hacer, pero nunca lo hago. La segunda es que suelo subir montado pendientes técnicas muy fuertes y en ocasiones prolongadas, donde la mayoría de gente sube empujando. Esto genera unas torsiones y esfuerzos en el núcleo muy elevados.

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Lo último que hemos cambiado con 3.300km han sido las pastillas traseras (tercer juego) y los puños, que estaban ya muy gastados y presentaban desperfectos en sus bordes al rozar con árboles, rocas y pasos estrechos, debido en ocasiones a la anchura del manillar (760mm).

Así, después de tantos kilómetros y aventuras, golpes, caídas, la Mega se ha mostrado como una herramienta extremadamente robusta y fiable, el cuadro no presenta ninguna holgura ni ruido. No hemos cambiado los rodamientos del basculante porque parecen estar en buen estado, aunque sería recomendable. El pedalier va perfecto y los rodamientos no tienen ninguna holgura y todas las piezas que hemos cambiado han sido de desgaste y uso normal.

Espero poder seguir contando con el apoyo de Nukeproof.es muchas temporadas, las máquinas son excelentes, como su nombre indica, a prueba de bombas, pero todo eso es secundario. Sin duda, lo más importante es el factor humano y el servicio postventa y, ese es su mejor valor. El test center de Nukeproof en Becerril de la Sierra está abierto los siete días de la semana, prácticamente todo el año y cuentan con todos los repuestos, eso es lo más importante sin duda, y que nadie puede ofrecer en España en este momento. Es una absoluta tranquilidad no tener que parar la bici, y mandar piezas a Portugal o al Reino Unido, y que tarde tres semanas en llegar, como me había pasado muchas veces. Ése servicio simplemente no tiene parangón. Por eso repetimos aquella célebre frase lapidaria que dijo un cliente singapurés.

“We are Nukeproof, are you?”

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Jorge Talus.

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Talus

 

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